viernes, 26 de agosto de 2011

Brokenheart


Bienvenido al pais de los corazones rotos,
un lugar donde las lágrimas forman parte del mar,
alli donde el dolor es la fiesta nacional
un sitio donde nadie quiere estar.

jueves, 25 de agosto de 2011

Reflejo

Nunca esperas a ver la verdadera cara de la realidad, nunca esperas ver qué de todo cuanto amas, todo cuanto deseas es capz de romperse como el cristal...

Siento que yo, a la que le hacias mirarse al espejo y ver que era unica ante tus ojos, pero la verdad, es que sólo soy el reflejo de una imagen anterior que tus ojos ya habian observado.

martes, 23 de agosto de 2011

Un desayuno diferente

Son las 11 de la mañana de un sábado a finales de mes y Mia está durmiendo a pata suelta en la cama.

Ethan mientras tanto la observa detrás de la puerta entreabierta. Dudoso decide entrar para observarla más cerca, a los pies de su cama.

*Vaya, que guapa es… parece tan… vulnerable…* sonríe.

Se sienta en la cama y le toca la pierna subiendo hacia su muslo.

* Que piel tan suave…*

Su mano ahora esta posada en el cuello, debajo de la oreja y va bajando hacia su clavícula, despacio, intentando no despertarla. Detiene su dedo sobre su seno, observando su lisa y blanca piel, dulce olor a fresa…

Se inclina a oler su pelo rosa

*Huele a flores… me apetece besarla…. No… quiero besarla!*

Acerca su boca hacia la suya.

Mia abre los ojos y le mira. Ethan se da cuenta y se aparta.

Mia: he estado despierta desde que has entrado, pero por favor… no pares.

Ethan, alucinado no se lo piensa dos veces y la besa suavemente, poco a poco el calor se apodera de ambos, quitandose la ropa y quedándose uno sobre el otro, mirándose a los ojos.

Mia acoge su cara con sus manos y le atrae hacia ella, dándole un mordisco en el labio inferior, empezando así un desayuno diferente al de todas las mañanas.

sábado, 20 de agosto de 2011

Cazador de Sonrisas


Sólo se convirtió en un caballero,
cuya misión era enmendar la tristeza de la gente.
Unos le llaaban el bufón, otros, simplemente tarado,
pero lo que todo el mundo sabia,
es que era aquel que ahuyentaba las sombras con una sonrisa.



jueves, 18 de agosto de 2011

Sólo ella...

Era de madrugada, no había nadie en la calle, la ciudad estaba desierta aun con el calor que atiza en plena noche de verano.

Había sido un día duro, un día de varios golpes emocionales, cansancio por lo que lleva la vida cotidiana de un joven de veintitantos años... ¿cómo es posible ser tan joven y con tantos problemas? El mundo está mal. Ese día había sido un día de esos que son mejores no levantarse de la cama, de esos que sólo esperas a que las horas se pasen volando.

Era imposible dormir, Iván decidió salir a la calle a despejarse, andar sin rumbo puede que fuera la mejor solución para poner un poco de orden en su cabeza. Después de dos horas andando y sin solucionar nada, sabía que desde un principio tenía que recurrir a ella, su mejor amiga.
Puso rumbo a su casa, subió, la cogió y con el coche se fue hasta la playa.

Bajó del coche y se fue a un lugar apartado con ella, buscando la máxima intimidad posible. Llegaron al sitio perfecto y él empezó a bajarle la cremallera, como quitándole la ropa más intima con suma delicadeza, la cogió y la acarició:

- Amiga fiel, sé que tu nunca me vas a fallar, sé que siempre vas a estar ahí para ahogar mis penas, la única que seca mis lagrimas, no me falles ahora. – dijo él.

Iván posó sus dedos sobre las cuerdas de su guitarra y empezó a tocar, a descargar su tristeza sobre ella, sus problemas, todo lo que llevaba dentro y que le atormentaba. Sin darse cuenta sus dedos volaban sobre los trastes, la púa punteaba las cuerdas con garra, agudos, graves, triste y a la vez con fuerza había creado una melodía que lo describía a la perfección.

Una vez desahogado, se quedó mirando al mar, rozando con la punta de los dedos las cuerdas de la guitarra, una lágrima brotaba de sus ojos abriéndose paso por su mejilla, era la nota final a aquella canción de desahogo.

jueves, 11 de agosto de 2011

Esposas

Estaban en la habitación de él, acababan de llegar de dar una vuelta y tomar un helado. Él tenía calor y se quitó la camiseta, ella embobada y con cara picarona se le quedó mirando.

- No mires, me da vergüenza – dijo él.

- Como si no hubiese visto nada parecido – se levanta de la cama y se va hacia su bolso.

Mientras él hundía la cabeza dentro de su armario buscando una camiseta más fina que ponerse, ella fue por detrás, le pasó la mano por la cintura y cogió su mano llevándosela a la espalda, teniendo más control sobre él. Rápidamente le esposó una mano y luego la otra.

Antes de que él dijera nada, ella ya le había vendado los ojos con un pañuelo y tras el desconcierto del chico, ella reía por lo bajo, pasándole la lengua desde el hombro hasta el lóbulo de la oreja.

Poco a poco lo dirigió a la cama, lo sentó suavemente y cambió la posición de las manos, pasó de estar esposado de espaldas a estar esposado por delante. Se tumbó y ella se posó sobre él, con las manos sobre la cabeza. Ahora empezaban los juegos, empezaba una pequeña tortura erótico-festiva donde el ambiente empezaba a caldearse poco a poco. Ahora sí que hacía calor.